Hace unos días atendí el caso de una clienta que había entregado 15.000 euros en concepto de arras para la compra de una vivienda. Todo iba bien hasta que, al tramitar la hipoteca, el banco detectó que en la nota simple de la finca aparecía una limitación registral por el artículo 207 de la Ley Hipotecaria. Este tipo de advertencias, junto con otras como las llamadas “cargas de procedencia”, pueden suponer un problema serio a la hora de financiar una compra.
¿Qué hicimos? Como abogado de la compradora, me dirigí formalmente al vendedor solicitando una prórroga del contrato, ya que la operación no podía completarse por causas totalmente ajenas a mi clienta. Además, señalamos que el vendedor no había cumplido con lo pactado en una de las cláusulas del contrato, al no dejar en el inmueble todo lo acordado.
También ofrecimos una salida amistosa: resolver el contrato de mutuo acuerdo y pactar la devolución parcial de las arras, evitando así un procedimiento judicial.
Este tipo de situaciones demuestran lo importante que es revisar bien la situación registral de un inmueble antes de firmar nada. Y si ya se ha firmado, saber cómo actuar a tiempo para no perder el dinero entregado.
Si estás en una situación parecida o tienes dudas sobre tu contrato de arras, no dudes en consultarme. Estoy para ayudarte.